AM Best advierte que las compañías de seguros en Latinoamérica podrían estar por enfrentar dos años de complejidad económica más aguda que la que supuso la pandemia; la solvencia y la innovación podrían corregir el rumbo
La industria de seguros en Latinoamérica podría estar ante el inicio de un periodo de dos años de retos mucho más complejos y agudos que los enfrentados desde el inicio de la pandemia de covid. Inflación global en aumento, tendencia alcista en las tasas de interés, endurecimiento del mercado de reaseguro en términos de negociaciones y levantamiento de las restricciones relacionadas con el confinamiento: éstos son los principales factores de riesgo a tener en cuenta para determinar si se crea o no una tendencia desfavorable para el sector de seguros en la región.
Para explicar el contexto y posibles desenlaces de esta situación, El Asegurador Latam conversó en exclusiva con Alfonso Novelo, director senior de Análisis de AM Best, quien establece que para América Latina la visión de la calificadora hacia el mediano y largo plazo es conservadora, con perspectivas negativas en todos los mercados, con excepción de Guatemala.
“Vemos que existen varios factores que pueden presionar la rentabilidad de las compañías de seguros, iniciando por el desempeño operativo. Existen compañías que eran altamente rentables en el pasado y que están experimentando una reducción en los resultados de este indicador, lo que consideramos que podría agudizarse y convertirse en una tendencia”, comenta.
Si se cumplen los requisitos para denominarla tendencia, es decir, mostrar resultados similares durante dos o tres años, se generarán ajustes en las calificaciones de las empresas, cuestión que, de acuerdo con el funcionario, podría ser inevitable, ya que los factores determinantes de la rentabilidad no apuntan a una mejoría.
No obstante, aclara el entrevistado, el sector asegurador de la región cuenta con niveles de capitalización elevados, “lo cual posiciona a las entidades económicas en un área de solvencia”.
Efectos de los riesgos
Novelo profundiza en la problemática que supone la inflación, ya que, sentencia, ésta afecta negativamente en el crecimiento de la industria al mermar el poder adquisitivo de las personas en el largo plazo.
Ante ello ocurre un fenómeno en el que los consumidores comienzan a valorar opciones alternas, ya que los productos asegurados son considerados por la mayoría de la sociedad como bienes suntuosos.
Además, el alza en las tasas de interés resta competitividad a los seguros, particularmente en los ramos de Vida, dice el director senior de Análisis de la calificadora.
“A ello tenemos que añadir el endurecimiento visto en el mercado de reaseguro, que presiona la rentabilidad de las compañías de seguros”, agrega.
Las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia iniciada en 2020 marcaron una mejoría en los costos de siniestralidad que benefició los resultados financieros, pero la paulatina eliminación de estas consideraciones ha aumentado la frecuencia de siniestros en los ramos de Autos y Gastos Médicos, lo que también ejerce presión sobre la rentabilidad.
Puntos de equilibrio
Algunas variables macroeconómicas se han mantenido estables o incluso han mejorado para dar respaldo a la situación que las aseguradoras encaran. Una de ellas, apunta Novelo, es el tipo de cambio, que, al menos en México, se ha mantenido fuerte frente al dólar.
“Hemos visto a lo largo de la región que las compañías que tienen exposiciones a distintos tipos de cambio han optado por mantener una política o posiciones cambiarias lo más cercanas posible a un matching perfecto”.
Esto se debe, en palabras del experto, al constante riesgo cambiario de las monedas en la región, lo que ha terminado con el apetito por mantener posiciones largas en dólares.
“En general, la industria de seguros sorteó muy bien estos dos últimos años, pero se vienen retos hacia adelante. No somos tan optimistas”, advierte.
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