Cuando alguien me pregunta a qué me dedico, generalmente respondo que dirijo una empresa de tecnología financiera, enfocada en seguros de Vida y gestión de activos. Pero, si lo pienso más profundamente, realmente estoy trabajando con personas increíblemente inteligentes para ayudar a otros a acceder a la estabilidad económica, con el objetivo final de lograr una mayor inclusión financiera en el mundo.

La importancia de esta inclusión no puede subestimarse. A nivel mundial, juega un papel crucial en la consecución de siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que tienen la ambiciosa meta de erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030, todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

A nivel local, la inclusión financiera, no sólo consiste en garantizar que todos tengan acceso a productos y servicios financieros asequibles. Se trata de impulsar la prosperidad, construir riqueza, cerrar las brechas económicas, mejorar la calidad de vida y eliminar las barreras que impiden a los consumidores alcanzar la estabilidad financiera.

En México, los datos revelan que aún queda mucho por hacer para alcanzar la inclusión financiera. Según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el porcentaje de adultos en 2021 con al menos un producto financiero, ya sea cuentas de ahorro, préstamos, seguros o cuentas de pensión, se mantuvo estancado en el 67.8 %. Esto es ligeramente inferior al 68.4 % registrado en 2015. Lo que significa que casi 30 millones de mexicanos están fuera del sistema financiero. Para lograr la inclusión, debemos pensar en cómo podemos incorporarlos al sistema. El seguro de Vida es una posible solución.

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