Responder con igualdad de oportunidades

La falta de educación financiera sigue siendo un tema primordial en América Latina. Por ello, el reto en la industria de la región es crear y desarrollar productos y servicios que reconozcan las realidades de la región y llevarlos a todos los nichos poblacionales, pero especialmente a los más vulnerables para así poder avanzar

La sociedad latinoamericana ha mostrado avances en su conciencia de riesgos y busca ser más inclusiva y sostenible con más oportunidades para todos. Y es a esta realidad a la que las aseguradoras que operan en esta región del orbe deben responder para llevar bienestar a personas y empresas.

El rol que tienen que desempeñar las compañías de seguros atañe no sólo a lo económico, sino también a lo social, tema que Gustavo Espósito, presidente ejecutivo de Seguros SURA Chile, desmenuzó con El Asegurador Latam. El ejecutivo de SURA ofreció recomendaciones para que los instrumentos de protección financiera se erijan como una prioridad en nuestros países.

El Asegurador Latam (EAL): En un momento en el que sobran preguntas y hay pocas respuestas, ¿qué tendencias irreversibles se consolidarán en la industria aseguradora en términos de consumo y distribución?

Gustavo Espósito (GE): La industria aseguradora es un fiel reflejo de las tendencias que va adoptando la sociedad en todos los ámbitos y que transforman el día a día de las personas, de las empresas y de las instituciones de diversa índole. 

Dicho esto, la industria aseguradora más competitiva será aquella que mejor incorpore las herramientas digitales y más rápido se adapte a ellas. Estas herramientas se están desarrollando a gran velocidad. El futuro del consumo y la distribución de seguros, así como de muchos otros productos y servicios, será sin duda mayormente digital.

Pero hoy el desafío de los aseguradores también es hacerse cargo de esta transición que se aceleró con la pandemia, y por ello el mercado tradicional, formado por consumidores y proveedores todavía anclados en lo presencial, debe convivir con esta nueva generación que busca mejorar las cosas, que quiere evitar trámites y ganar tiempo para destinarlo a los temas que le aporten mayor valor.

El sector tiene en estos momentos cambios acelerados. Estamos viviendo un ciclo de mucha modernidad en el que las personas están cada vez más preocupadas por su bienestar. Está cambiando la forma en que nos movemos, y estamos viviendo a diario una hiperconectividad. Por ello, como industria, esto nos ha obligado a repensar, rediseñar y redefinir nuevos tipos de soluciones que apunten a estas necesidades específicas.

La búsqueda de este bienestar tiene distintas lecturas: más tiempo, mayor beneficio social, aporte al medio ambiente… Toda esta lectura fina es la que debe estar detrás de la manera en que se concibe un seguro para que éste tenga sentido.

EAL: Es indiscutible que la confianza del consumidor está desmoronada a raíz de la COVID-19. ¿Qué rasgos debe tener hoy el seguro para seguir siendo un producto atractivo en un mercado altamente competitivo y frente a un mundo frágil?

GE: Esta descripción del escenario mundial actual, sinónimo de alta incertidumbre y falta de confianza en las instituciones, es la que hace más pertinentes las soluciones de nuestra industria. Principalmente porque desde nuestra forma de gestionar el negocio anticiparnos a los cambios de la sociedad, del medio ambiente y de la tecnología nos permite reconocer esas incertidumbres, gestionarlas y desarrollar un portafolios de soluciones que atienda lo que está ocurriendo y lo que viene.

Por ejemplo, en el caso de un emprendimiento, el seguro a veces es la diferencia entre poner en riesgo todo lo construido o conservar el patrimonio para volver a intentarlo y lograr la competitividad que tanto se desea. Y así como este ejemplo hay muchos otros en distintos ámbitos.

Respecto al mercado, que hoy es altamente competitivo, ésa es la mejor noticia, pues nos impulsa a innovar y a esforzarnos al máximo para ofrecer un portafolios de soluciones que se adecue a las necesidades de las personas. En este contexto, una buena solución aseguradora va a ser la que mejor interprete la necesidad que hay detrás y la que sea fiel a la promesa que se hace. Lo importante es ser capaces de brindar acompañamiento durante todo el proceso y contribuir al bienestar del asegurado mediante prestaciones y servicios adicionales.

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