Pese a los diversos conflictos sociopolíticos y económicos a los que se enfrenta América Latina en la actualidad, el seguro se mantiene firme como el vehículo que genera estabilidad y protección a nuestros países

La actividad aseguradora es un mecanismo prioritario para ofrecer estabilidad a las sociedades. Su vocación hacia la protección brinda tranquilidad en tiempos de incertidumbre.

Debido a esta función principal, se logran gestionar y mitigar los riesgos, se fomenta la inversión y permite una pronta recuperación ante eventos adversos.

Jorge Claude (JC): El sector asegurador, por su naturaleza, tiene una vocación de protección de las sociedades, las organizaciones y las personas, así como el potencial de ser un actor relevante para procurar estabilidad y permitir la recuperación en tiempos de incertidumbre.

La evidencia muestra que existe una relación directa entre el desarrollo económico de un país y el grado de penetración de los seguros, es decir, que aquellos países que cuentan con una actividad aseguradora más robusta tienden a contar con una economía más próspera.

Lo anterior, se da principalmente porque los diferentes actores económicos se encuentran más dispuestos a invertir y consumir cuando existe la tranquilidad de que su patrimonio está protegido ante la presencia de los diferentes riesgos a los que están expuestos, gracias al trabajo realizado por las compañías de seguros.

Para el caso de Latinoamérica, la penetración del seguro (primas/PIB) fue del 3.16 % para el 2023, menos de la mitad mundial, que se ubica alrededor del 7 %. Esto demuestra un enorme reto como región, al contar aún con una importante brecha de protección por cubrir.

En su Reporte Global de Seguros 2023, McKinsey & Company hace referencia a la brecha de protección en América Latina, comparándola con Estados Unidos. El informe señala que la esperanza de vida al nacer en Latinoamérica es de 75 años, frente a 79 en Estados Unidos. Además, menos del 15 % de la población en Latinoamérica cuenta con un seguro de Vida, en comparación con aproximadamente el 50 % en Estados Unidos. La cobertura de seguros para vehículos es otra área de diferencia significativa: en nuestra región, menos del 25 % de los autos están asegurados, mientras que en Estados Unidos la cifra ronda el 70 %. Finalmente, las primas per cápita son significativamente más bajas en Latinoamérica, con aproximadamente 300 dólares, frente a los 7,500 dólares de Estados Unidos.

El desafío de reducir la brecha de protección en cada país está condicionado por sus circunstancias particulares, incluyendo factores sociales, económicos y demográficos, entre otros. No obstante, factores de crecimiento económico, un sistema asegurador sólido, respaldado por una regulación eficiente y políticas públicas que fomenten la inclusión y la cultura de seguro, también son elementos clave para reducir esta brecha de protección.

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